Sobre una pareja de envases utilizados para la distribución y conservación de leche, el artista recrea una escena tradicionalmente vinculada a la iconografía cristiana: una mujer con un pecho descubierto se dispone a amamantar a un infante que, desnudo, está sentado sobre una de sus rodillas. Ella viste corpiño y falda azules y cubre sus hombros con una capa de armiño, mientras que en la cabeza luce una suntuosa corona.
La piel blanca y tersa de la mujer y el niño, junto al modelo de representación vinculado a la estética gótico-flamenca, contrastan con el fondo sobre el que se desarrolla la acción principal. Tras los protagonistas se agolpa una sucesión de seres, figuras antropomórficas con senos muy desarrollados, los pezones sustituidos por chupetes y el vientre abultado, cuya piel se alterna según personajes, en tonos marrones o vibrantes azules que imprimen un aire de irrealidad a la escena y la desvinculan del ámbito religioso.
En cuanto a la técnica, destaca el interés del artista por el dibujo, concediendo especial protagonismo a la línea que compone las figuras, rellena de largas pinceladas que generan manchas cromáticas homogéneas en una clara revisión de la estética medieval cristiana desde el ámbito del arte contemporáneo.