Si bien en la actualidad la carrera artística de Fernando Bayona se desarrolla en el ámbito de la fotografía, su formación parte del estudio y la producción de las artes plásticas, donde destaca en la escultura a base de materiales diversos como la madera y el metal.
A pesar de que su aprendizaje atraviesa los circuitos tradicionales de la producción y la investigación artísticas, la evolución de Bayona en la escultura avanza hacia la transgresión de la técnica e iconografía clásicas, investigando las relaciones humanas a través de piezas que parten del objeto cotidiano, como cotidianos son el amor, la sexualidad, las dudas o la búsqueda de libertad.
Las sillas del artista profundizan en los conceptos vinculados al amor y, en ocasiones, la identidad sexual de los individuos. Para que no me olvides invita a dos individuos a sentarse en un lugar elevado desde donde observar, quizás, el camino recorrido, desde la lejanía y también desde la altura, desde un lugar tan incómodo como inexpugnable.