Pieza de gran formato formada por secciones de rectangulares de metal negro y una de piedra caliza, caracterizadas las primeras por ser lisas o contar con incisiones de líneas diagonales que, continuadas y conectadas entre sí, generan la imagen de un entramado de ramas en hueco a través de los que se puede observar la trasera de la obra, mientras que la pieza de piedra caliza presenta un bajorrelieve vegetal conectado a las ramificaciones anteriormente mencionadas.
El contraste de texturas materiales y colores es una de las claves de la pieza, la solidez y el hueco, la delicadeza de las flores sobre un material áspero como la piedra caliza, la superficie impenetrable del hierro cortada y atravesada por la luz, y el blanco integrado en la densa materialidad del negro, como bases de la expresiva poética de la pieza.