En palabras de Campillo, “Para los que hemos vivido en el Andévalo onubense, no resulta extraño encontrar agua de color diferente al agua.”
El territorio de la Cuenca Minera onubense está marcado por la riqueza cromática impresa a lo largo del transcurrir de los ríos Tinto y Odiel y sus riberas, tocadas de una amplia gama de ocres y granates, y por la imponente presencia de las cortas y escombreras, formadas por una sucesión de capas violáceas, rosas, amarillas… Hablamos de un paisaje casi lunar, marciano, que estremece y convierte diversas áreas de la Cuenca Minera y la Comarca del Andévalo en un exuberante escenario.
En este tríptico fotográfico a color, el fotógrafo se enfrenta a una reflexión sobre el hecho fotográfico, a saber, el encuadre, los límites de la composición y del soporte, el plano, el horizonte. Desde un puente de escasa altura compone una serie de picados sin referencias humanas o espaciales. Concentrado en la textura de la piedra, la sedimentación sulfurosa del río y la inquietante transparencia coloreada del agua -que en estos parajes no es inodora, ni incolora, ni insípida- el autor se ensimisma y construye un paisaje sin horizonte. Vestigios de un paisaje sin horizonte, llamó Rodríguez Domingo a esta serie de fotografías.
Se trata de tres fotografías de paisaje sin paisaje, sin habitantes y sin coordenadas, que únicamente generan dudas en tanto que la abstracción se apodera de la mirada del espectador. Podemos reconocer el suelo que hay bajo los pies del fotógrafo, pero no el tópos al que se adscriben. Es inevitable plantear la pregunta, ¿estamos acaso ante un no-lugar, un ou-tópos?
La serie, que recibió en 2004 el Premio Alonso Cano a la Creación artística en la Universidad de Granada en la modalidad Fotografía, forma parte de un conjunto de trabajos del autor que pivotan en torno al territorio minero, las explotaciones y las transformaciones que éstas conllevan en términos paisajísticos y orográficos, de cuya selección resultó el conjunto “El juicio de la duda”.
Esta pieza del tríptico se caracteriza por la presencia de una línea vertical en una ligera diagonal, formada por el movimiento del agua sobre la sedimentación del río.