Este figura ocupa el tercer luneto del Evangelio de la Capilla. Se trata de un ángel con grandes alas desplegadas, con rostro aniñado y revestido con un manto azul. Sostiene entre sus manos una filacteria, que carece de inscripción. Obra un tanto blanda y apagada de color, por el uso de tonos apastelados.
Forma parte del programa iconográfico de la capilla, de carácter premonitorio y anunciador del Nuevo Testamento en las pinturas de los lunetos, con representaciones de ángeles, profetas y sibilas.