La obra de Laia Arqueros introduce al espectador en una mitología propia de tintes grecorromanos y medievales, ideada por la artista y poblada de seres zoomórficos que transmutan en cuerpos femeninos, elementos de marcado carácter erótico y mujeres en libertad. Esta libertad que irradia a un tiempo compromiso entre iguales y disfrute del propio ser, nos invita a observar momentos reales o ficticios, históricos o fabulados, en los que descubrir a la mujer en espacios que recorren desde el plano más íntimo a la multitudinaria celebración pública. Desde un posicionamiento abiertamente feminista, la artista nos invita a reflexionar sobre las hipótesis planteadas en su obra e indagar en lo femenino.
Desembarco en la Rive Gauche nos invita a investigar sobre un movimiento cultural parisino surgido a comienzos del siglo XX con la llegada de un grupo de mujeres involucradas en el ámbito artístico-creativo. Pintoras, fotógrafas, escritoras, bailarinas, editoras, o actrices, nombres como Colette, Gertrude Stein, Nancy Cunard, Djuna Barnes, Janet Flanner, Romaine Brooks, Renée Vivien, Gisèle Freund o Mina Loy poblaron la orilla izquierda del Sena estableciéndose en torno a Saint-Germain-des-Près y generando una comunidad intelectual, artística y emocional de influencia en la esfera sociopolítica de París. La producción de artes y letras femeninas encontró en este movimiento un escaparate para su difusión desde espacios como L‘Académie des Femmes, fundada por Natalie Barney como reacción a la Academia Francesa, o el propio Salon Barney.
Haciendo uso de una composición piramidal, la artista muestra a un grupo de mujeres en actitudes diversas, en tránsito en una pequeña embarcación. Tocados, sombreros y diferentes peinados pueblan las cabezas de los personajes y nos muestran su diversidad. Una mujer guía la expedición, remo en mano, mientras que las restantes aparecen sentadas, en pie, mirando al frente o a las alturas. En la proa, un personaje en cuya anatomía desnuda destacan la cabeza y los genitales parece señalar el destino del viaje, invisible para el espectador, mientras que en el centro de la composición una figura femenina realiza una acrobacia generando una forma aspada que confiere dinamismo a la obra y contrasta con la hierática frontalidad del resto de los personajes. El grupo avanza estable sobre un mar en calma representado a través de suaves ondulaciones que auguran un viaje tranquilo.
Si la analizamos desde el punto de vista técnico, la obra destaca por su sobriedad y elegancia. La artista juega con la intensidad del negro como herramienta para delinear los contornos y rasgos de las figuras a través de líneas gruesas y formas sencillas. También el negro, aplicado a modo de densas manchas que evitan gradaciones lumínicas o cromáticas, imprime expresividad a los ropajes y la embarcación.
Relacionados con esta obra, la artista realiza otros grabados a la punta seca sobre plancha de offset que, bajo el título de L’Académie des Femmes, inciden sobre estas mujeres, su presencia en el campo creativo y las diferentes relaciones que se establecen entre ellas como integrantes del movimiento sociopolítico parisino.