El Taller Experimental de Grabado El Realejo surge en el verano de 1985 y supone uno de los principales referentes del arte de vanguardia en Granada. Su origen se localiza en el Taller de la Fundación Rodríguez Acosta que, bajo la dirección de José García de Lomas, desarrolló una importante actividad en la década de 1970 en la ciudad. Junto a este hito, otras iniciativas surgidas al calor de grupos como Aldar o Acción 25 a comienzos de la década de los ochenta, son responsables de la unión de un grupo de artistas implicados en la investigación técnica y estética en el ámbito del grabado y cuya producción hace gala de un nutrido imaginario a través de variados temas marcados por la singularidad de sus lenguajes artísticos.
Fundado por Eduardo Fresneda, Rosario García Morales, Dolores Montijano, Juan Orozco, Jesús Vela, Carmen Sicre, Jesús Conde, Teiko Mori, Gilton Bastos, Manuel Pertíñez, José Antonio Hernández y Manini Ximénez de Cisneros, posteriormente se incorporaron otros artistas como Cayetano Aníbal, Ana Beveraggi, Juan Manuel Brazam, María José de Córdoba, Manuel del Moral, Luís Orihuela, Jesús Pertíñez y Juan Carlos Lazuén y, durante las décadas de 1980 y 1890, Julián Amores, José García de Lomas, Tremedad Gnecco, Francisco Izquierdo, José Manuel Peña y Carlos Villalobos.
La donación de obras de arte del grupo Taller Realejo a la Universidad de Granada está compuesta por 203 piezas, realizadas por 19 artistas y recogidas en distintas carpetas.
Grabado realizado a partir de una plancha de hierro y una plancha de zinc mediante las técnicas del aguafuerte y el aguatinta. La estampación se lleva a cabo sobre papel superalfa de 250 gramos mediante una primera plancha, de hierro, en hueco y relieve y una segunda plancha, de zinc, en hueco.
El cromatismo juega con una base azul pastel, tocada por tonos amarillos y marrones, para representar en la mitad inferior del grabado la palabra "ENERO" y en la mitad superior el ser mitológico asociado a Capricornio. La composición destaca por su equilibrio, marcado por la solidez de la estilizada tipografía de palo seco sobre la que aparece representado Egipán en una posición que lo enmarca en un círculo al tiempo que imprime dinamismo sobre su figura.
En "Enero", Julián Amores desarrolla una iconografía relacionada con la representación zodiacal de Capricornio como un ser híbrido que presenta en la mitad superior del cuerpo una cabra con rostro antropomórfico y un solo cuerno y la mitad inferior del cuerpo terminada en cola de pez, según la descripción de Germánico en el siglo I n.e., quien lo relaciona con Egipán. La asociación de esta criatura con los astros se vincula a la narración mitológica del descubrimiento de la caracola por parte de Egipán y la posterior recompensa de Zeus, que lo premiará situándolo como una estrella de la constelación de Capricornio.