Pintura colorista compuesta a base de manchas de colores brillantes contrastados entre sí en las que se insertan esbozos de rostros y sobre las que se advierte el retrato frontal de una mujer cuyos labios rojos y ojos de gran tamaño destacan sobre el fondo. De sus orejas penden sendos pendientes con forma de rueda, mientras que su cuerpo se diluye en amplias pinceladas negras emborronadas sin llegar a definir su silueta.
La brillante paleta cromática y la composición basada en líneas ondulantes suavizan una escena a priori ilegible para el espectador y configuran la principal potencialidad de una pieza tremendamente expresiva imbuida de la plástica contemporánea africana.