Políptico compuesto por cuatro piezas rectangulares de metal recubiertas de caucho.
La artista juega con el concepto del "no-lugar" creando un espacio neutro e indefinido en un material habitualmente desvinculado del trabajo artístico. La monocromía en negro, base de la estética de la pieza, remite de igual manera a la indefinición, así como sus texturas, alejadas de referentes espaciales.
El minimalismo de esta obra, sustentado en su materialidad y cromatismo, se convierte en un recurso de apoyo a la complejidad del tema anunciado por el título con que la autora nombra su pieza.