Fotografía en blanco y negro compuesta en formato horizontal. El título de la obra se plasma en el movimiento de la misma, donde un dálmata camina por una calle peatonal sujeto por un arnés y una correa a la mano de su dueña. Ésta aparece de espaldas en actitud de avanzar mientras intuimos que se gira a mirar al animal.
La escena destaca por su dinamismo. El artista camina tras los protagonistas y captura la intención de caminar de ambos en direcciones opuestas, hecho que se transfiere al papel en forma de una composición triangular donde la diagonal generada por la correa extensible es la línea principal que conecta los dos vértices principales.
El segundo plano se emborrona, mientras que el objetivo permanece centrado en la mirada al llamativo pelaje del perro.