Este sillón pertenecen a un conjunto mobiliario isabelino, formado por doce piezas procedentes de la donación de María Julia Castillo López, a través de la fundación benéfica San Francisco Javier y Santa Cándida, de la que el rector de la Universidad de Granada, es el tesorero. Inicialmente se hallaban depositados en la Hospital Clínico Universitario San Cecilio, de donde fueron reclamados por el rector Federico Mayor Zaragoza, en 1968, para que pasaran a la sede del Rectorado, dado el valor material y representativo de estos muebles.
El estilo isabelino refleja la creciente industrialización de la España de mediados del siglo XIX y el gusto de la burguesía por un mobiliario más cómodo y ligero, acorde con la tendencia social del momento de organizar frecuentes tertulias, visitas y recepciones.
Sillón de despacho de estilo isabelino, tapizado en seda azul celeste, con amplio respaldo curvilíneo rodeado por un baquetón de madera tallada y dorada con motivos vegetales (palmetas) del que sobresalen volutas a los lados; los brazos, de línea ligeramente curva se rematan en voluta, al igual que el respaldo, se decoran con hojas y presenta la sección central tapizada. Las patas, igualmente doradas, son acanaladas y de sección curva.